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Tucumán: un recorrido por la Ciudad Sagrada de los Quilmes 

Este sitio es uno de los más destacados de la provincia. Actualmente el paseo se completa con la visita al nuevo Centro de Interpretación. 

La provincia del norte argentino, Tucumán, es pequeña en su geografía pero sumamente vasta en sus atractivos. En la amplia nómina de sitios de interés podemos mencionar a la Casa de Tucumán, donde revivir la historia de nuestra independencia; las Yungas con su estallido verde que envuelve la selva y los parajes más reconocidos (la villa veraniega San Javier, el dique El Cadillal y las ecosendas); los Valles Calchaquíes, donde coexisten paisajes espectaculares y pueblos de antaño; el sur, con Simoca; y el valle de Choromoro, donde visitar San Pedro de Colalao. Sin embargo, en esta ocasión, para los amantes del turismo histórico, nos abocamos a un clásico reversionado: la Ciudad Sagrada de los Quilmes, que desde hace unos meses estrenó un Centro de Interpretación.

PRELUDIO DE LA HISTORIA.

Los quilmes fueron un poblado indígena que alcanzó un inmenso desarrollo social y económico; en el siglo XVII llegó a tener 3.000 habitantes en el área urbana y 10.000 en los alrededores. En la falda del cerro, el turista podrá advertir las reconstrucciones de la zona residencial, rematada por una fortaleza situada en la cima y dos fortines a ambos costados, sobre la cornisa. Asombran las paredes de piedra perfectamente encajadas, además de corrales y enormes cardones que parecen custodiar la magia del lugar. En el área fueron encontrados también un gran número de vasijas, figuras de cerámica, hachas y puntas de flecha. Seguramente el visitante quedará sorprendido al conocer cada detalle del último bastión de la resistencia aborigen ante el avance español, que claudicó recién en 1667, cuando 1.700 sobrevivientes fueron trasladados a pie hasta las proximidades de Buenos Aires (actual ciudad de Quilmes), adonde llegaron apenas 400.

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<p><strong>Asombran las paredes de piedra perfectamente encajadas.</strong></p>

Asombran las paredes de piedra perfectamente encajadas.

CENTRO DE INTERPRETACIÓN.

Ubicado en la entrada de la Ciudad Sagrada, son cuatro salas con instalaciones de vanguardia y todos los recursos tecnológicos que conservan objetos de gran valor histórico y permiten comprender las costumbres y organización de este pueblo.La primera, denominada “El devenir de una Nación”, se constituye como un prólogo que busca ubicar históricamente al visitante, recorriendo una diversidad de temáticas como los orígenes de los quilmes, sus asentamientos en los valles Calchaquíes, su lengua y sus pautas sociales, culturales, artísticas y religiosas. En el segundo espacio (“La vida entre la guerra y la paz”), maquetas y dioramas animados recrean escenas de las actividades más representativas de la vida de los quilmes y de algunos sitios emblemáticos de la Ciudad Fortaleza.

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En la tercera sala, llamada “La epopeya de un pueblo valeroso”, se puede apreciar un impactante espectáculo audiovisual que resume la historia de la región del pueblo, donde se narra desde la irrupción del macizo pre-cordillerano de las Cumbres Calchaquíes hasta la derrota de los quilmes y su largo viaje hacia el destierro. Por último, en la cuarta sala denominada “El legado” se exhiben objetos y diseños originales de la cultura Quilmes. Completa este recinto una escena que simboliza el dramático camino hacia el destierro.

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Además de estas cuatro salas, el centro de interpretación cuenta con un laboratorio donde se encuentran expuestas piezas arqueológicas en proceso de estudio. A esta sala solo tienen acceso profesionales capacitados para la manipulación de estas piezas.

OTROS DESTINOS POSIBLES POR LOS VALLES CALCHAQUÍES.

Tafí del Valle es un buen punto de partida para comenzar a recorrer la zona. Es también un destino pintoresco, con buena infraestructura y los más bellos paisajes. A menos de 1 km. del centro de Tafí del Valle se encuentra el conjunto jesuítico de La Banda, construido a inicios del siglo XVIII; y el cerro Ñuñorco Grande, dos interesantes sitios para conocer. Esta tierra extraordinaria ofrece miles de sorpresas con un encanto antiguo, donde historia, naturaleza, tradiciones, arqueología y mitos conforman un atractivo sin igual.

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<p><strong>En los Valles Calchaquíes coexisten paisajes espectaculares y pueblos de antaño.</strong></p>

En los Valles Calchaquíes coexisten paisajes espectaculares y pueblos de antaño.

Es en Amaicha del Valle donde habita lo ancestral, que se refleja tanto en la arqueología como en su comunidad originaria, descendiente de diaguitas calchaquíes. En el último tramo del Valle Calchaquí se encuentra el sector vitivinícola y de dulces y, en los pequeños pueblos de Colalao y El Pichao, hay casas construidas en piedra y se encuentra la ruina de Condorhuasi. Allí podemos cubrir la Ruta del Artesano, ya que los Valles Calchaquíes guardan en su interior un inigualable patrimonio cultural. El circuito invita a apreciar los productos acabados en cuero, platería, lana, arcilla, piedra y tejidos, entre tantos otros.La Ruta del Vino, en tanto, se abre al oeste de la provincia, y a lo largo de la mítica Ruta 40. El microclima de esta región se caracteriza por una gran amplitud térmica, con jornadas diáfanas y de escasa humedad, producto de su imponente altura, que alcanza los 3.000 m.s.n.m. en algunas zonas. Como dato cabe señalar que en Amaicha existe la única bodega comunitaria de Sudamérica, que es manejada por el pueblo originario los Amaichas.

El Ente Tucumán Turismo (ETT) y la Fundación Sperantia, un centro de día que atiende a personas con discapacidades, celebraron un acuerdo, por el cual el organismo busca promover mejoras en la accesibilidad para personas con discapacidad en el Centro de Interpretación de Quilmes mediante la donación de sillas de ruedas, placas con escritura braille y aros magnéticos para personas con hipoacusia.

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